Estimado lector,
En este artículo, mi objetivo es transmitir la profunda relación entre el baile y la humanidad, desde los albores de la civilización hasta nuestros días. La intención es capturar el sentimiento y la importancia del baile en nuestras vidas.
A lo largo de la evolución de la humanidad, desde la era post-Homo sapiens hasta nuestros días, se ha registrado en antiguos textos la conexión directa entre el baile y los sonidos naturales de la naturaleza: el susurro del viento, el murmullo del mar, el fluir de los ríos, la danza de la lluvia e incluso el silencio nocturno, que a su manera, también genera un sonido peculiar capaz de infundir paz interior.
Esta relación entre sonido y acción se remonta a los comienzos de la humanidad. En el reino animal, los sonidos son utilizados para marcar territorio, cortejar y atraer parejas. La comunicación a través de los sonidos ha demostrado ser crucial para advertir de eventos naturales, como los truenos anticipando la lluvia o el sonido del agua cayendo señalando la presencia de ríos y cascadas.
Nuestros ancestros, al darse cuenta de que los sonidos eran el fundamento de las acciones, comenzaron a crear sus propios sonidos con el propósito de una mejor comunicación intraespecie. El canto, por ejemplo, imitando los llamados de aves, se convirtió en uno de los primeros sonidos humanos modelados a partir de la naturaleza. Estos cantos, acompañados de movimientos, buscaban atraer a individuos del sexo opuesto y establecer vínculos sociales.
Este proceso evolutivo llevó al reconocimiento de que los sonidos podían evocar emociones y estados de ánimo. Al escuchar ciertos sonidos, nuestro cuerpo responde instintivamente balanceándose, un fenómeno que se manifiesta cuando experimentamos la felicidad. Es en este contexto donde entra el baile. Sin embargo, a menudo subestimamos el valor del baile, pasando por alto cómo enriquece nuestra vida.
El baile no solo es un medio de expresión, sino que está arraigado en nuestra naturaleza humana. En momentos de alegría, como alcanzar una meta o recibir un mensaje afectuoso, tendemos a realizar movimientos rítmicos que reflejan nuestra euforia. Desde la infancia, el baile surge de manera natural cuando los bebés responden a la música, evidenciando su conexión innata con los sonidos placenteros.
Numerosas culturas han empleado el baile como terapia, reconociendo su poder curativo y su capacidad para conectarnos emocionalmente. Durante mis 20 años como instructor de ritmos latinos en Málaga, he presenciado cómo el baile puede ser una cura tanto para el alma como para el cuerpo. No es exagerado afirmar que incluso en condiciones de extrema pobreza, rodearse de baile puede generar una profunda felicidad. Un ejemplo elocuente es mi tierra natal, Cuba, donde a pesar de las dificultades, la música y el baile son fundamentales, convirtiendo al país en un ejemplo de alegría y diversión.
Espero que este artículo haya arrojado luz sobre la relación intrínseca entre el baile y la humanidad a lo largo de la historia. El baile no solo es una expresión artística, sino un medio de comunicación profundo y una fuente inagotable de alegría y bienestar.
Author del Articulo: Deiby Tum Tum
Fecha: Lunes 12 de abril del 2021
Profesor de ritmos latinos en Málaga
“Profesor de Salsa y cofundador en 1999 del movimiento Salsero en Málaga, enseñando Ritmos Latinos.”