Author:Deiby Tum Tum
“Soy un cubano atípico, patón, desentonao”, reconoce Leonardo Padura (1955). No baila, ni canta pero disfruta bastante de escuchar salsa. Cómo será su devoción por el género que durante los noventa publicó Los rostros de la salsa, título que se diluyó entre la estela de la saga del detective Mario Conde y novelas ya clásicas como El hombre que amaba a los perros.
Pero volvamos a la música. A más de 20 años de su lanzamiento editorial Tusquets recupera aquel volumen donde Padura —hoy por primera vez candidato al Nobel de Literatura— se puso el overol de periodista y entrevistó a algunas de las figuras seminales de un estilo que consiguió integrar a los latinoamericanos en la escena musical de ciudades como Nueva York a mediados de los sesenta del siglo pasado.
Mario Bauzá, Israel López Cachao, Juan Formell, Juan Luis Guerra, Willie Colón y Wilfrido Vargas, además de Rubén Blades, con quien se incluye una entrevista realizada apenas hace unos meses, son algunos de los artistas entrevistados por Padura.
La salsa es un movimiento cultural y musical caribeño que se forja en los sesenta y se extiende y afianza en los setenta. Fue la expresión, por medio de la música, del sentir de los caribeños asentados en Nueva York y expuestos allí a todas las contaminaciones y contactos culturales imaginables. No es un género, no es un ritmo. Es eso, un movimiento. Y diría más: es un concepto.
—Ambos en su origen fueron movimientos contraculturales. Lo establecido, lo aceptado, lo canonizado por el gusto, el mercado, la crítica, es “lo cultural”, y lo nuevo es advenedizo. Y en el caso de latinjazz o afrocuban jazz lo fue en toda la regla. Es un mezcla de dos acervos musicales en los que la raíz negro-africana es la base que ha tomado forma nueva en ritmos cubanos y norteamericanos. Podría decir que afrocubanos y afronorteamericanos. Y su encuentro se produjo en un momento en que el jazz se convertía en un espectáculo meloso… y llegó esta mezcla nueva con una fuerza tal que hasta hoy sobrevive, ya convertido hace tiempo en parte del mainstream de la cultura musical del mundo.
En el libro plantea que en cierto sentido el reggaetón es consecuencia del estancamiento de la salsa erótica de los ochenta. ¿Por qué? —La salsa tiene una parte de culpa pero solo una parte. Su agotamiento, la derivación en la salsa erótica es un proceso lógico de cualquier movimiento cultural. Nacimiento, esplendor, decadencia. Y luego viene algo diferente. Pero lo diferente resultó ser el reggaetón, que es culturalmente regresivo en cuanto a su calidad artística pero, eso sí, causa directa del agotamiento de unas sociedades que han entrado en duros procesos de crisis en todos los sentidos, pero especialmente de posibilidades. Entre tanta frustración social, política, económica e incluso artística y moral, se abonó el suelo para que surgiera el reggaetón. Esa es la verdadera causa
¿Al convertirse en una marca Fania All Star contribuyó al estancamiento de la salsa durante los ochenta? —En cuanto pasó de ser una compañía guerrillera y se convirtió en un ejército… O sea, en cuanto dejó de ser contracultural y se convirtió en cultural, y tuvo que empezar a pensar con seriedad en el mercado y a buscar modos de satisfacerlo. Pero su evolución no disminuyó su papel artístico: siguió siendo por años el epicentro de un negocio que era necesario ya que los músicos también necesitan comprar en la bodega.
¿Por qué América Latina no ha generado una tradición literaria alrededor de la salsa similar a la del rock? —El rock es anglosajón y los anglosajones son el mercado cultural más poderoso. En el mundo anglo de cada 100 libros que se publican 97 son escritos en inglés. Se consumen a sí mismos; y como son el centro viven solo en el centro; y el resto es selva.
Porque la justicia histórica no existe. Fue un hombre modesto, que creó en silencio y no tuvo detrás de él un país que lo impulsara. Como emigrado siempre fue eso: un forastero que vivió 60 años en otro país, en otra ciudad. Dejó de ser oficialmente cubano y nunca fue oficialmente norteamericano, porque culturalmente siempre fue cubano. La fama y la memoria necesitan de pedestales; y Mario Bauzá solo tuvo el de su música, no el de una maquinaria sociopolítica que se llama un Estado, un país, una nación. Donde menos conocido era (y es), lamentablemente, es en su país de origen, Cuba.
¿La división política entre los cubanos que salieron de la isla y entre quienes se quedaron ahondó los prejuicios hacia artistas como Celia Cruz, Cachao o Willy Chirino? —La política determina muchas cosas. Y fue una política oficial cubana no promover, ni siquiera considerar, a los que se habían ido; y menos si tenían opiniones políticas opuestas al sistema, como es el caso de Chirino, también de Celia y un poco el de Cachao. Además fuera de Cuba si quieres triunfar en un mercado que se llama Miami tienes que hacer tu profesión de fe anticastrista o no existes, o te condenan, que es peor. Ha sido así por décadas, lo es todavía; la intransigencia política dentro y fuera de la isla ha sido nuestra realidad. Aun así no creo que la ausencia de algunos de esos músicos, todos de primer nivel, haya limitado el desarrollo musical de todo el país.
Si bien me parece que su personaje Mario Conde podría tener algo de la actitud de Willie Colón, en general sus libros bien podrían sonar a una combinación de Blades y Juan Luis Guerra. ¿No? —Mira, creo que le gusta la salsa y que es admirador de Willie Colón, de Rubén, de Juan Luis y puede ser un poco como cada uno de ellos, pero más como los dos últimos, un poco más cerebral, por decirlo de algún modo. Conde nunca diría: lo mato, como Willie. Hablaría de Decisiones o de las sorpresas de la vida y pediría que “llueva café”… le encanta el café.
Alumnos
“Es una gran familia, donde no solo participamos de las clases de la escuela sino también en numerosos eventos o intensivos de fin de semana, en la escuela o en diferentes ubicaciones, a cubierto o al aire libre. Comidas, cenas, escapadas al aire libre... Haga frío o calor cualquier oportunidad es buena para reunirnos.”
Deiby Tum Tum
“(Deiby tapia sierra) Profesor de ritmos latinos, bailarín y coreógrafo, en la Ciudad de Malaga desde 1997.
Deiby tum tum - (nombre artístico).”